Preparación de un cráneo de cerdo (Sus scrofa)

Cerdo doméstico (Sus scrofa)

El proceso para preparar el cráneo de un cerdo es muy semejante al que se empleó para preparar el búfalo. Se utilizó un estuche de disección, con el que se retiró la mayor parte de los tejidos blandos, una vez eliminada la mayor parte del músculo y cartílago, se trató el cráneo con hidróxido de sodio disuelto en agua caliente. 

Inicio: cabeza completa.

Retirando las masas musculares con bisturí.

Vista dorso-palatal del cráneo exento de la mandíbula.

Vista lateral del cráneo con la mayor parte de la masa muscular retirada.

Vista palatal del cráneo listo para ser llevado al baño químico.

Hay que cuidar de no dejar actuar el químico durante demasiado tiempo; sin embargo por tratarse de un animal joven la osificación no era completa y algunos de los huesos sufrieron ligeros daños. Se calcula que se trataba de un individuo joven pues algunos de los dientes aún no habían emergido totalmente.

Mandíbula con las masas musculares retiradas, nótense los dientes.

 El cráneo del cerdo está muy modificado respecto a su ancestro salvaje el jabalí. Las inserciones de los músculos que cierran la mandíbula (maseteros y temporal) son menos pronunciadas. Aunque la formula dentaria del cerdo es  semejante a la del jabalí, su dentadura es más débil y los colmillos son menos prominentes.

 La fórmula dentaria del cerdo (Sus Scrofa) es I 3/3, C 1/1, P4/4 X2 = 44.  La región occipital se eleva para permitir la inserción de los músculos que sostienen la cabeza. El arco zigomático (el hueso que bordea la parte inferior del ojo), es robusto pues allí se insertan los maseteros. Es interesante en el cerdo y otros suidos la presencia de un hueso en la nariz, específicamente en el disco nasal, que les facilita el hozar en el suelo en busca de alimento.