sábado, 19 de enero de 2013

Ejercicio práctico: disección cabeza de búfalo.



Limpieza de un cráneo de búfalo (Syncerus caffer).
(Esta entrada contiene imágenes que podrían impresionar a algunas personas) 
He aquí un ejemplo práctico del proceso de limpieza de material óseo. 
En este caso se trata de una cabeza de búfalo.
El ejemplar  llegó a mis  manos gracias a la gentil gestión de mi amigo Javier Martínez quien coordinó, el nada sencillo proceso, de trasladarlo desde Barrancabermeja hasta Bogotá. 

 Figura 1: Cabeza completa de bufalo.
El espécimen en cuestión pesó 21 kg en fresco. Para procesarlo se empleó aproximadamente un kg de soda cáustica disuelta en agua caliente.
Materiales necesarios:
- Estuche de disección  con bisturíes de mango 3 y 4; cuchillas de repuesto.
- Un tubo hueco de plástico grueso del empleado para sostener los globos metalizados.
- Guantes de caucho de calibre  grueso.
- Gafas de seguridad.
- Bata de trabajo.
- Soda caustica HONa 1 Kg.
- Agua.
- Hipoclorito de sodio
- Papel tornasol.
- Recipientes plásticos de gran tamaño.
El proceso se inició retirando la mayor parte de los tejidos blandos empezando por la piel, que en este caso se sacó con cuidado, pues se iba  a conservar. 
Para sacar la piel en animales con cornamenta, por lo regular se realiza un corte en forma de "Y" en el que los extremos superiores de la "Y" se inician en la parte posterior de los cuernos y el eje principal se dirige hacia la nuca.
 
 Figura 2: Cabeza de bufalo sin la piel.

Luego de la piel se retiraron las grandes masas de los músculos maseteros y temporales, los sucesivos músculos de retiraron con cuidado usando bisturí. Es necesario tener ciertos conocimientos de anatomía para retirar el músculo sin rayar el hueso con la cuchilla.

Las orejas se separaron cortando por el cartílago en la base del pabellón auditivo; la piel alrededor de los ojos se cortó por la parte interna para no dañarla.
Debido al gran tamaño del ejemplar se pudieron sujetar los ojos con la mano enguantada y se fueron cortando los músculos, tejido conectivo y tejido graso de alrededor lo más cerca posible del hueso para retirar una gran masa.
La lengua y tejidos de la base de la boca se retiran más fácilmente si se empieza por la parte inferior de la mandíbula, cortando lo más cerca posible al hueso y se avanza hacia la parte inferior de la lengua, la parte posterior de la lengua se trabaja con cuidado por razones que expondré a continuación:
En muchísimos montajes de esqueletos se pierden por descuido o desconocimiento huesos pequeños como los hioideos. Estos huesos se encuentran en una posición y número variable según las especies; en algunos casos se encuentran en la base de la lengua, y en otras se hallan más cerca a los cartílagos de la tráquea, su tamaño es también altamente variable. 
La mejor forma de asegurar que no se pierdan es buscarlos inicialmente al tacto: primero se hacen con cuidado algunos cortes longitudinales a la lengua y luego se introducen los dedos enguantados apretando suavemente las masas musculares de la lengua en busca de cuerpos duros alargados; si no se encuentran de esta forma, se debe extender la búsqueda con disección cuidadosa desde la lengua hasta los músculos que rodean la tráquea. 
Es importante recordar que los huesos hioideos son pares (presentándose por lo regular tres pares de ellos) y tienen una disposición simétrica por lo que difícilmente se presentaran en número impar, siempre habrá dos huesos con la misma forma y tamaño uno a cada lado, una vez ubicado el primero se tendrá una idea aproximada de la posición en que se encuentra el otro.
Para retirar el cartílago nasal: al tacto se busca el punto de unión del cartílago con los huesos nasales y se corta el cartílago teniendo cuidado de no dañar el hueso.
Mientras más cuidado se ponga en la eliminación de todo el tejido blando que sea posible antes del tratamiento químico este dará mejores resultados y habrá menos riesgo de dañar algún hueso. 

 Figura 3: Cabeza de bufalo vista inferior aparato hiodes.

Extraer el cerebro representa todo un reto. En la literatura se recomienda el uso de hisopos comerciales de algodón, o elaborados con alambre. 
En mi práctica de disección desarrollé un método propio, que no sé si es empleado por alguien más, para esto  empleo un tubo grueso de plástico (como el se usa como varilla para los globos infantiles metalizados), este a demostrado tener el calibre apropiado y la resistencia debida. Para utilizarlo corto uno de los extremos en bisel para dejar una punta, este tubo se introduce por el orificio el foramen magnun (el orificio mayor en la parte posterior del cráneo)la punta se emplea para macerar el cerebro dentro del cráneo, partiéndolo en trozos pequeños; se debe tener cuidado de no hacer demasiada presión en la parte anterior de la cavidad del cráneo pues se podrían dañar las delicadas estructuras denominadas "proceso criboide del etmoides", que tienen el aspecto de un frágil encaje en hueso; en vida los nervios olfativos atraviesan esta área para llevar información al cerebro. El  tubo plástico, con el hemos macerado el cerebro, se adapta  a una manguera de jardín, por la que se deja correr agua; no es necesaria ninguna instalación especial, simplemente se sujeta con la mano el tubo manteniendo una parte de este  dentro de la manguera tratando de evitar fugas de agua; la otra parte del tubo plástico se introduce dentro del cráneo, la presión del agua expulsa todo el tejido dejando la cavidad  bastante limpia, sin embargo en el caso de animales grandes como este búfalo o grandes felinos, se debe tener cuidado especial con las membranas que rodean el cerebro denominadas "meninges" pues son muy gruesas y en ocasiones el tubo no es suficiente para separarlas de la superficie del hueso. En estos casos se pueden usar las tijeras del estuche de disección y las pinzas para sacar la mayor parte, o en los casos en que esto sea muy difícil, nos conformamos con separarlas del hueso para que la soda caustica pueda actuar sobre las superficies externa e interna y las disuelva con mayor facilidad.
 Figuras 4 y 5: proceso de extraccion del cerebro.

Preparación de los cuernos

Al retirar la piel en la zona de los cuernos se debe realizar un corte limpio en el área de transición entre el cuerno y la piel, en esta zona el cuerno tiene una consistencia más suave y se puede cortar fácilmente con la hoja de un bisturí; el corte se debe realizar con cuidado buscando que el corte en ambos cuernos sea lo más semejante  y simétrico posible.
 En el caso del búfalo y otros animales con cornamenta, la parte superior del cráneo está recubierta por un grueso tejido conectivo que se debe retirar con cuidado sin rayar el hueso con la cuchilla
 El cuerno, en la mayoría de los rumiantes, posee dos tipos de estructuras, la superficial es de origen dérmico y naturaleza córnea semejante a las uñas y no forma parte del esqueleto; en la parte interna se encuentra un núcleo óseo de menor tamaño al del cuerno propiamente dicho. Este núcleo óseo del cuerno forma parte del cráneo. Por varias razones, pero principalmente por estética, es conveniente conservar la parte córnea junto con la parte ósea del cráneo. Sin embargo, esto presenta algunas dificultades: en primer lugar la parte córnea es menos resistente que el hueso y se debe manejar con cuidado en el momento del tratamiento con el hidróxido de sodio, pues si se deja que este químico actúe sobre el tejido córneo lo destruirá; en segundo lugar este material córneo aunque parece inerte, en vida del animal  crece como una uña y requiere un importante aporte de nutrientes y oxigeno, por eso entre el hueso y la parte córnea del cuerno existe gran cantidad de tejido blando que es suceptible de descomponerse y producir malos olores. 
En el caso de animales pequeños como cabras de cuernos no muy retorcidos, es posible aunque con alguna dificultad, retirar la parte córnea para realizar una buena limpieza dejando el hueso sin rastros de tejido blando; igualmente se debe limpiar muy bien la parte interna del estuche córneo (el cuerno mismo); después de lo cual se puede volver a colocar la parte córnea adhiriéndola al hueso con un pegante tipo cola blanca.
En el animales  pequeños con cuernos muy curvados, no es posible retirar la parte córnea por lo que se debe inyectar entre el hueso y la cubierta córnea, formaldehido para evitar la descomposición del tejido blando. El formaldehido  se debe manejar con precaución, pues es muy irritante para las vías respiratorias, e igualmente puede producir irritación en la piel por eso se debe trabajar en un lugar bien ventilado, usando guantes y siempre usando gafas de seguridad para proteger los ojos de salpicaduras. Una sola gota de formaldehido en el ojo lo puede dañar gravemente. En caso de contacto con los ojos se debe lavar con abundante agua y consultar con el médico. Aunque inicialmente el olor del formaldehido es molesto este termina evaporándose en gran parte y el material deja de oler. El material que contega formaldehido se debe dejar en un sitio ventilado lejos de las personas hata que el olor haya desaparecido completamente
 En este caso por tratarse de un animal tan grande que posee bajo la parte cornea una gran cantidad de tejido blando susceptible de descomponerse y producir malos olores por meses y debido a la dificultad que representa tratar de hacer llegar el formol hasta el extremo del cuerno, empleé una táctica alternativa. Con el cráneo bastante limpio permití que las moscas de la carne pusieran sus huevos en  cráneo sin carne, como casi el único sitio con residuos de carne era la zona bajo los cuernos los gusanos se introdujeron por allí y eliminaron prácticamente todo el tejido, que literalmente se convirtió de tejido de búfalo en tejido vivo de gusanos que después salieron por sus propios medios del espacio entre la parte córnea y el hueso. Entonces, pude retirar la parte córnea que ya no estaba adherida, así se pudo limpiar muy bien el hueso que hasta entonces había estado cubierto, igualmente pude limpiar el interior del cuerno. Una vez finalizada la limpieza simplemente se puede pegar la parte córnea al cráneo empleando un pegante tipo cola blanca.

 Figura 6: Cuernos y tejido conectivo, vista dorsal de la cabeza.

 Retirar los ojos.
·          En el caso de ejemplares pequeños el ojo se puede sujetar desde la parte posterior con pinzas por donde surge el nervio óptico y con una cuchilla pequeña se vas cortando los tejidos blandos desde atrás del ojo hasta separarlo totalmente y poder retirarlo.
Nota:
En el texto anterior con frecuencia he hablado de la disolución de los tejidos por parte de la soda caustica, uso la palabra disolución porque es más fácil de entender por la mayoría de las personas, pero para los que quieren la explicación un poco mas técnica  aquí está: 
Lo que se conoce con el nombre común de sosa o soda cáustica es químicamente un hidróxido de sodio, para el uso que se le puede dar en el procesamiento de material óseo es igual de efectiva la sustancia conocida como potasa que químicamente es un hidróxido de potasio. Estas sustancias son álcalis altamente reactivos, que al actuar sobre diversas sustancias orgánicas, como piel, grasa, pelo o musculo los saponifican, es decir los cambian químicamente convirtiéndolos en jabón; la conversión es más eficiente en el caso de la grasa . Este proceso es el que industrialmente se utiliza para producir jabones, empleando como materia prima, aceites vegetales. Así que la soda en realidad no disuelve los tejidos, sino que los convierte en un jabón que es soluble en agua lo que los hace más fáciles de retirar, si la concentración de soda es la apropiada, se puede ver como la carne cambia  rápidamente de su color normal rojo pálido a un rojo fuerte de aspecto traslúcido. Es mejor usar concentraciones bajas de soda cáustica, pues si bien es cierto que una concentración mayor elimina los tejidos más rápidamente de la misma manera se corre el riesgo de que los huesos más delgados o delicados se destruyan también. Incluso a concentraciones muy elevadas, aún los huesos más gruesos y fuertes pueden desparecer en cuestión de minutos.
 
 Figura 7: Cabeza  de bufalo tratamiento con soda caustica.

Como precaución siempre se debe manejar la sosa en áreas bien ventiladas, usando guantes gruesos de caucho, gafas de seguridad, y bata gruesa para proteger la ropa y la piel de salpicaduras. La soda nunca se debe preparar en recipientes metálicos o mezclar con objetos metálicos, pues la soda los puede destruir. Se debe evitar respirar los vapores de la soda cuando reacciona así como el polvo seco si este se levanta.
Los únicos objetos metálicos que resisten la acción de la soda son los objetos esmaltados, pero deben estar en perfecto estado, pues una grieta o daño en el esmalte permitiría la penetración de la soda que atacaría el metal; lo mejor es usar recipientes de plástico grueso para preparar la soda.
Igualmente al desechar los residuos es conveniente disolverlos en abundante agua para que la soda no dañe las tuberías metálicas, para minimizar la contaminación de agua por el álcali por lo regular yo le agrego al material que desecho un chorro de blanqueador comercial o hipoclorito de sodio, que por ser ligeramente acido reacciona con los residuos de soda que pueden haber quedado sin reaccionar con el tejido que tratamos, neutralizándolos. antes de desechar los residuos se puede verificar que la alcalinidad este baja empleando papel tornasol.

1 comentario:

  1. Buenas tardes, excelente trabajo, lo felicito por esta iniciativa, le escribo porque me gustaria saber si usted tiene algún conocimiento sobre las diferencias que tiene el higado del vacuno en relación a las del búfalo, no esta bien documentado esto que le pregunto, y por tanto, no se tienen referencias sobre este tema, sin más a que hacer referencia me despido, apoyandolo en el exelente trabajo que lleva a cabo.

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